A La Mar, Francisco de Quevedo: Analizado por Guillermo Sanoja
A La Mar, Francisco de Quevedo: Analizado por Guillermo Sanoja
A La Mar es un poema escrito por Francisco de Quevedo que se siente como una oda hacia el mar porque habla sobre el mar de una forma muy agradable. El hablante es una persona que admira mucho al mar y gracias a eso el temple de animo es muy contento, tanto así que el ritmo del poema es rápido como si fuera una canción. La actitud es apostrofica por que el hablante le habla al océano como si fuera una persona. La visión de mundo del hablante es sobre un amor y pasión por el océano y el querer transmitir y compartir ese sentimiento, este sentimiento también se puede interpretar como el motivo lírico y el objeto lírico seria el mar. El hablante personifica mucho al mar por ejemplo:
"En tu soberbia misma te detienes,
Que humilde eres bastante a resistilla;
A ti misma tu cárcel maravilla,
Rica, por nuestro mal, de nuestros bienes."
Dice que el mar es humilde y que se detiene en su soberbia, estas cosas solo los puede hacer una persona y el hablante personifica a el mar para poder expresar mejor su adoración del mar, por eso esta personificado.
"La voluntad de Dios por grillos tienes,
Y escrita en la arena, ley te humilla;
Y por besarla llegas a la orilla,
Mar obediente, a fuerza de vaivenes.
En tu soberbia misma te detienes,
Que humilde eres bastante a resistilla;
A ti misma tu cárcel maravilla,
Rica, por nuestro mal, de nuestros bienes.
¿Quién dio al pino y la haya atrevimiento
De ocupar a los peces su morada,
Y al Lino de estorbar el paso al viento?
Sin duda el verte presa, encarcelada,
La codicia del oro macilento,
Ira de Dios al hombre encaminada." (Francisco de Quevedo)
Analizado por Guillermo Sanoja
"En tu soberbia misma te detienes,
Que humilde eres bastante a resistilla;
A ti misma tu cárcel maravilla,
Rica, por nuestro mal, de nuestros bienes."
Dice que el mar es humilde y que se detiene en su soberbia, estas cosas solo los puede hacer una persona y el hablante personifica a el mar para poder expresar mejor su adoración del mar, por eso esta personificado.
"La voluntad de Dios por grillos tienes,
Y escrita en la arena, ley te humilla;
Y por besarla llegas a la orilla,
Mar obediente, a fuerza de vaivenes.
En tu soberbia misma te detienes,
Que humilde eres bastante a resistilla;
A ti misma tu cárcel maravilla,
Rica, por nuestro mal, de nuestros bienes.
¿Quién dio al pino y la haya atrevimiento
De ocupar a los peces su morada,
Y al Lino de estorbar el paso al viento?
Sin duda el verte presa, encarcelada,
La codicia del oro macilento,
Ira de Dios al hombre encaminada." (Francisco de Quevedo)
Analizado por Guillermo Sanoja
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